LA PSICOMOTRICIDAD Y LAS EMOCIONES

La relación entre la psicomotricidad y la emoción es muy interesante 
 y fundamental para el desarrollo integral de las personas. La psicomotricidad se refiere a la coordinación entre el cuerpo y la mente, ayudando a expresar y gestionar las emociones a través del movimiento. Cuando las personas practican actividades psicomotrices, pueden mejorar su capacidad para reconocer, expresar y regular sus emociones, lo que a su vez favorece su bienestar emocional y su desarrollo social. Es como una forma de conectar el cuerpo con lo que sentimos por dentro, promoviendo un equilibrio emocional saludable.  
 
Cuando movemos nuestro cuerpo, no solo estamos realizando una acción física, sino que también estamos influyendo en cómo nos sentimos por dentro. El movimiento actúa como un puente entre nuestro cuerpo y nuestras emociones, permitiéndonos expresar lo que sentimos y también gestionar esas emociones de manera saludable. Además, el movimiento puede activar áreas del cerebro relacionadas con la regulación emocional, ayudándonos a sentirnos más equilibrados y en control.
 
La práctica psicomotriz es una intervención poderosa para conectar, expresar y regular nuestras emociones.
Es por ello, que existe una relación muy estrecha y profunda entre el movimiento y las emociones. Por ejemplo, movimientos enérgicos y alegres, como bailar o saltar, pueden elevar nuestro estado de ánimo y hacernos sentir más felices y motivados. Por otro lado, movimientos suaves y lentos, como respirar profundamente o estirarse, pueden ayudarnos a calmar la ansiedad y reducir el estrés.